BUSCA LOS BIENES DE ARRIBA

BUSCA LOS BIENES DE ARRIBA

Paz y bien hermanos

Hay muchas cosas que pasan desapercibidas por las personas, no dejan huella en ellas y hay otras que han dejado huella y no hicieron mella en el corazón.   El amanecer dejó de ser maravilloso, o las montañas, o la luna y las estrellas, o los ríos, y los mares, o los campos  y valles. Porque se hizo un hábito, porque se llenó la vida de otras prioridades, porque se acostumbraron los ojos a verse solo a sí mismo, la mente a no pensar, el corazón a no latir ni sentir. Hay un mundo que quisiera un abrazo y no recibe ni un trozo de pan, un mundo que quisiera una palabra amable, y no recibe ni una mirada de compasión, un mundo que quisiera la paz, más es ignorado, alejado, expulsado de la humanidad, quizás de tu mente o tu realidad. Ese es el mundo donde solo se existe, ya no se vive. 

¿Qué sentimientos has aniquilado, has sacado de tu vida, has eliminado de tu corazón? ?¿Conoces personas que tienen miedo,pena, dolor, tristeza, depresión y aun no las incluyes ni en tu oración? ¿Sabes de algún milagro que haya sucedido en tu vida y no ha sido suficiente para que aproveches su cosecha, su bendición, ni para que deje una cicatriz en tu corazón? 

De igual manera, aunque Jesús es el amanecer de la humanidad, es el milagro, es la resurrección, es el camino, es la verdad,  es la vida, pas a desapercibido por muchos.  Él espera poder hacer huellas en tu existencia para rescatarla del pecado, de la oscuridad, de la ceguera, de la tristeza, de la enfermedad, del vicio, de la depresión. Mas no lo hará, si le ignoras, si no buscas los bienes de arriba. 

He aquí otro milagro para tu vida:  

“Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.”

Que tu oración diaria encamine tus pasos hacia Jesus para recibir el abrazo que Él anhela compartir contigo.  Que la palabra de Dios te haga vivir como resucitado cada día de tu vida para que experimentes  en ella el milagro que Dios hace a diario en tu vida y aspires a los bienes de arriba .

Bendiciones.

Juan (20,1-9)