MIGAJAS y SEMILLAS

Paz y bien hermanos

Hay niños que, al recibir un regalo, y después de abrirlo, toman el papel que lo envolvía y juegan con él, olvidando el contenido. Hay también personas que reciben constantemente miles de segundos para vivirlos y prefieren lo superficial, lo externo, lo perecedero que realmente vivirlos uno a uno, minuto a minuto, día a día. Hay una humanidad que recibe rayos de luz diaria que iluminan, alimentan, avivan, fomentan más sin embargo prefieren la oscuridad, se refugian en ella, ocultan su existencia para evitar ser vistos, ser tocados, ser denunciados. Hay vientos que empujan y dirigen el navío en el mar de la vida, mas sin embargo hay quienes se apartan de ellos porque prefieren dirigir sus vidas remando por sendas no escritas, fuera de la verdad, de la justicia.

Jesús llegó con un regalo de misericordia para toda la humanidad, vino a tener compasión de todos y cada uno de quienes se sienten miserables, desdichados, vino a escuchar a quienes claman: “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David”. Y Jesús te dará migajas si tu corazón está lejos de Él y semillas si has puesto tu vida para ser arada por Él.

Vino Jesús a entregarnos su piedad y su bendición, a iluminar su rostro sobre nuestras vidas, a mostrar el camino hacia su Padre, su salvación.

¿Qué recibes de Dios migajas o semillas? ¿Eres de los que entrega en la vida migajas en tu hogar y semillas en tu trabajo? ¿Qué te regalas a ti mismo diariamente, el papel que envuelve el regalo de Dios para tu vida, o la vida que Dios está labrando y cultivando para ti?

Envuelve tu oración con el mejor papel de regalo que puedas hallar en tus acciones diarias y regálale a Dios tu corazón honestamente, para que Él pueda cultivarte según su gracia y su voluntad. Que la palabra de Dios llene los bolsillos de tu mente con migajas de gracia y bendición y que puedas repartirlas con amor y misericordia a quienes piden con su llanto, su miseria, su riqueza o su soledad, la presencia de Dios.

Bendiciones

Mateo (15,21-28)