SELECCIONA Y PROTEGE TUS SEMILLAS

Paz y bien hermanos

Quien lanza el anzuelo para pescar pescados pequeños, no podrá atraer ni sacar tiburones o ballenas. Quien en la vida se prepara para cosas pequeñas, quizás las obtenga, más las grandes seguro pasaran de largo. Quien en el camino del día a día, siembra injusticia o mentira, o deslealtad o ambigüedad, u oscuridad, desafortunadamente rechazará categóricamente la lluvia de amor, de verdad, de claridad, de paz y luz que pasa por su senda. Quien no trabaja su corazón y lo prepara para los grandes retos y tentaciones de la vida no podrá resistir, al igual que quien deja divagar su mente en lo superfluo, lo cotidiano, lo mundano, lo estéril. No estará preparado para soportar las olas altas, las sequias, las tristezas, las luchas de la vida.

¿Sabes que fuiste hecho para cultivar grandes y hermosos frutos y quienes así no lo ven, es porque en algún momento su terreno interior fue contaminado con piedras o espinas? ¿Si has perdido la fertilidad del terreno espiritual, sabrás que se te han arrebatado la alegría, el éxito, la libertad de tus manos cuando ya casi la tenías al alcance? ¿Qué permites que crezca en tu vida, en tu mente, en tu corazón y que frutos piensas que obtendrás?

Jesús te dice a ti hoy: “Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá”. Tus respuestas ante los eventos de la vida son semillas que siembras y algún día comerás de sus frutos. Por eso siembra, cultiva, acoge la semilla, que traerá paz, amor, alegría y bendición a tu vida.

“Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo”. Acoge la palabra de Dios para que teja en ti la voluntad de Dios y fructifique en tu vida y tus decisiones diarias. Irriga tu ser, tu mente, tu corazón con oración más allá de tu comprensión, porque esta será alimento para las semillas que Dios poco a poco sembrará en ti.

Bendiciones

Mateo (13,1-23)