LA VOZ DEL SILENCIO

Paz y bien hermanos

Hay una voz parecida a la del trueno, contundente mas que no se oye, que estremece la persona más no tiene manos, que toca la mente y el corazón soplando temor y prisa más cual las velas del barco las arrea invisiblemente y sin prisa. Es una voz que sin tener labios clama, motiva, dice, dirige. Por ello no son los oídos quienes la perciben, sino los ojos que la ven en su huella, es esta su cuerpo, su vida, todo su ser. Así como el niño escucha el silencio inscrito en las acciones de sus padres, así como la humanidad continua el legado de sus ancestros, así mismo se sigue la voz de trueno inscrita en el ejemplo.

¿Has hablado en tu vida con ejemplos que sean guía y luz para otros en su vida? ¿Es la voz del ejemplo de tu vida, una huella que te identifique a ti, o es acaso la copia de otras huellas y otras voces? ¿Hay alguien que tu puedas decir, sigue la voz de tu ejemplo, con la seguridad que tu realmente le ayudaras y le harás mejor persona?

Es que la voz del ejemplo de Jesús sembró los desiertos de la vida de muchas personas que pudieron con seguridad encontrar en El, un pastor, porque con El, nada les falta: en verdes praderas les hace recostar; les conduce hacia fuentes tranquilas y repara sus fuerzas. Jesús con la voz de su ejemplo dice a todos quienes le han escuchado "Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante".

Así que salvaos de esta generación perversa que no ve en Jesús el pastor, la verdad, el camino, la vida.

Busca las huellas de Jesús, para que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios. Pues para esto has sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, dejándote un ejemplo para que sigas sus huellas.

Si sientes en tu vía que andas errantes, perdido, conviértete para que puedas escuchar la voz de las huellas de Jesús, tu pastor y guardián de tu alma.

Que brote de tu conversión, oración diaria, deseos de bondad y alegría, luces de amor y de paz, y que siembres huellas que puedan hablar de tu sacrificio al brotar sus retoños en tu vida. Que la palabra de Dios mitigue la sed de tu alma y fortalezca tu empeño por encontrar y seguir la voz de Cristo, el pastor que clama por tu salvación todos los días.

Bendiciones

Juan (10 1-10)