EL TESORO DE UN REY
Paz y bien hermanos.
En el interior de cada cabeza humana hay pensamientos que reinan y se apoderan de toda decisión y por consecuencia de las acciones. Se puede estar frente a una hermosa cascada de impresionante fuerza que adorna el paisaje con su majestuosidad y su poder, más quienes la ven le pueden quitar su belleza y verle tan solo como una caída de agua, porque en sus mentes hay algo más importante que le roba su belleza. En la senda de toda persona hay obstáculos como también hay cimas y también valles. Quienes se levantan todos los días a vivir, verán la senda según su propio corazón. Los obstáculos podrán ser pequeños retos y pruebas para superarse, los valles momentos de reflexión y lucha interior, y las cimas momentos de colonizar y coronar propósitos y metas.
¿Quién o que gobierna tus pensamientos o que dirige tu vida hoy día? ¿Has pensado en darle prioridad a alguien, a algo en tu vida y actúas según esas prioridades o las modificas según las circunstancias? ¿Si tienes que elegir entre dar o recibir, o entre servir y ser servido o entre perdonar o ser perdonado, que escoges?
Te imaginas que un rey tenga el poder de sacarte del dominio de las tinieblas, o que de él dependiese que tu vida fuese plena y rica en amor, paz y felicidad, y que por él y para él fueran creadas todas las cosas, celestes y terrestres, visibles e invisibles y que Él como tal, viese que su mayor riqueza es cada persona y no su reino. ¿Entonces como actuarias frente a Él que puede hacer tanto por ti y tu vida y que le dirías? Tu respuesta le dará vida de nuevo a Jesús, o le negará por completo.
Así como se le resta el poder a lo que vemos, así como se menosprecia el amor de quienes nos rodean, o se ignora el sacrificio de una madre, o se desechan los consejos y enseñanzas del hogar, o así como se le da la espalda a la riqueza del amor, de la verdad, de la honestidad, de la libertad, así mismo se puede fácilmente optar por ignorar o menospreciar la vida, el camino y la luz que Jesús vino a dejar entre nosotros, sus hermanos.
Quienes se han cruzado en su camino con Jesús y lo han recibido en sus corazones como la riqueza más grande que hayan podido encontrar en sus vidas, también se han dado cuenta que no es tan solo dejarle irrigar la vida, sino que hay que arar y sembrar en el interior de uno mismo y cultivar con paciencia sus semillas de amor y paz.
Su historia es real, está narrada y verificada no solo por los testigos que ya murieron, sino que también por quienes hoy mismo le han encontrado en su camino y le han nombrado con justa razón, rey de la misericordia, rey de todos, Cristo Rey, Jesús de Nazareth.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
En él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
No permitas que ningun poder, conocimiento o verdad sea más grande que Dios. Mantén tu senda iluminada con oración, para que las riquezas terrenales no te opaquen la riqueza de Dios, para que los poderes y tentaciones del mundo no te arrebaten el tesoro que Jesús vino a compartir contigo. Que la palabra de Dios sea el cofre donde encuentres el tesoro de la verdad, la riqueza de la luz, la grandeza y el poder del amor que ella encierra y así tu seas parte del gran tesoro con que Jesús puede contar.
Bendiciones
Lucas (23,35-43)
